EN ESTE SUPLEMENTO DEL BLOG DE RUBEN EL RENEGADO, TRATAREMOS DE SACARLE LA CARETA A TODOS LOS QUE LE DIERON UNA MANO A KIRCHNER PARA DESTRUIR EL PERONISMO, O SEA LOS TRAIDORES DEL PERONISMO :

lunes, 31 de marzo de 2008

HOY SEGUIMOS CON EL MAS JOVEN

HOY PRESENTAMOS AL DIRIGENTE MAS JOVEN DE EX PARTIDO JUSTICIALISTA, QUIEN LE TIRO LA ULTIMA PALADA DE TIERRA PARA ENTERRAR AL PERONISMO EN EL DISTRITO, DE SAN ISIDRO EN UN REPORTAJE JUNTO A OSCAR ARCURI DEL QUE YA HABLAREMOS.

Uno con 70 y el otro con 29 años, tienen por delante el desafío de ganar las intendencias de Vicente López y San Isidro respectivamente. Uno va por el vecinalismo y el otro por el Frente para la Victoria. Ambos abrevan del peronismo. Seguridad, construcción de torres, aborto, manejo del poder y corrupción, fueron algunos de los temas tratados. Oscar Arcuri, Sebastián “El Patito” Galmarini. Dos apellidos que como si fueran dos caminos paralelos, parecieran nunca unirse. Sin embargo, sus orígenes parten de la misma fuente. Aquella que naciera un 17 de octubre de 1945, fecha en que el pueblo sintetizado en la figura de Juan Perón, irrumpe en la escena nacional para cambiar la historia. Hoy, ambos dirigentes, abrevando de la mejor prosapia peronista, tienen sobre sus espaldas la nada pequeña responsabilidad de ganar la intendencia de Vicente López y San Isidro, respectivamente. Uno, Arcuri (70, dos hijos y una nieta de 13) es el candidato con más años en toda la Región Norte, que se puso el sayo. Mientras que Galmarini (29, casado), es el más joven de toda la provincia de Buenos Aires que también va por los mismos sueños. Por esas cosas de la vida, seguramente nada casual, ambos vienen del peronismo. En el caso de Arcuri, va por el partido vecinal Frente de Cultura Popular Independiente. En tanto, Galmarini encabeza el Frente para la Victoria. En tren de coincidencias, lo primero que surge es que ambos deberán pelear con dos pesos pesados. Por un lado, se sitúa el imputado intendente Enrique García, que lleva 24 años en el poder, y por otro, Gustavo “Cholito” Posse, “una dinastia”, tal cual define Galmarini, que viene manejando San Isidro desde hace 24 años.Pero qué lleva a estos dos dirigentes a destinar parte de su vida a una tarea tan compleja y rica como es la política. Y sobre todo, enfrentar a dos intendentes que hacen gala de la utilización del denominado aparato político.“Creo -dice un Galmarini, con su característica impronta de prudencia y como quien mide palabra tras palabra-, que la política es la mejor herramienta para cambiar la realidad y en San Isidro la realidad es mucho más compleja de lo que muchos suponen”. Mientras Oscar Arcuri se acomoda en la silla de nuestra redacción para dar su explicación, y asiente, agrega que “toda mi vida me dediqué a la política, por lo tanto si no participo, cualquiera sea el nivel y el lugar que me toque, me muero, es un síndrome que yo llamo de la democracia”. Mientras el primero define a Perón como “un estadista que trajo los mejores vientos para el país”, Arcuri dice “que fue un verdadero filósofo que se anticipó a los tiempos; hay una Argentina antes y después de él”.Con miradas distintas -tal vez producto de la brecha generacional-, Galmarini considera que “con el intendente tapa bache no alcanza, hoy es imperioso que uno se ocupe de políticas relacionadas con la generación de empleo, el estimulo y acompañamiento del desarrollo de las Pymes, de la seguridad, por ejemplo”. Por su parte, Arcuri evalúa el rol del intendente como aquél que administra un consorcio. “Debe -explica- escuchar a todos por igual, y no sólo mantener el edificio en buenas condiciones, sino anticiparse a lo que pueda pasar. Y sobre todo entender que uno no es el dueño del edificio, como piensan muchos que después de tantos años se creen los patrones del municipio”. Al respecto y en referencia a los que se atornillan en el sillón, Galmarini señala que en el caso de San Isidro, la permanencia en el poder “los ha llevado a manejar el municipio de manera autista, cuando no autoritaria”. Oscar Arcuri amplía el concepto diciendo que el intendente, “que tiene 64 cargos penales en su contra, goza de buena salud porque todavía hay muchos vecinos ciegos y otros que se conforman con el roba pero hace, se entiende”.Mientras el café, el mate (donde más se anota Galmarini) y unas crocantes facturas acompañan la charla, surge el tema seguridad. “Como principio básico, hay que ratificar que la seguridad debe estar en manos del Estado y aún más le digo, debe controlarla el Estado nacional a través de un plan integral de seguridad que procese un mapa nacional de la prevención y el delito”, explica Arcuri dejando en claro que está distante de las mentadas policías comunales, que impulsan algunos intendentes. No pocos analistas creen ver que detrás de esta iniciativa se oculta garantizarles más poder a intendentes ligados a lo peor de la política y a la corrupción administrativa. Arcuri no olvida destacar que “hay que terminar con la complicidad policial y política, todos saben dónde está la droga y los chorros y resulta que siempre caen los perejiles”. En Vicente López se ha denunciado, en reiteradas oportunidades, zonas liberadas para el delito, frente a una administración que pareciera no atender los reclamos vecinales.Galmarini, tal cual lo viene proclamando en cada uno de sus encuentros con la comunidad sanisidrense, estima que “la inseguridad no se resuelve de manera mágica y mucho menos rápidamente como algunos intentan hacernos creer, más bien se resuelve con políticas previamente elaboradas, planificadas y consensuadas”. Para esto, el candidato a intendente considera imperioso invertir mayores recursos en política de fuerte inclusión social, más educación y más tecnología y capacitación para la policía. Y no deja pasar la oportunidad para rescatar los aciertos de la política de seguridad llevada a cabo por la provincia. También señala que la administración Posse destina una cifra cercana a los 5 millones pesos para la seguridad comunitaria, y los resultados no son los deseados por nuestros vecinos. Mientras la charla transcurre y los celulares de los candidatos no dejan de llamar, damos vuelta la página y les preguntamos sobre la despenalización del aborto que impulsa el gobierno nacional.Sebastián Galmarini suscribe y aclara que lo importante es respetar a aquellos sectores que por definiciones ideológicas y religiosas se oponen. Una postura similar mantiene Oscar Arcuri y pone en el tapete la cuestión de conciencia, “ahí es donde uno deberá definir qué hacer”. Ambos muestran su preocupación cuando se le niega el aborto a chicas violadas y más aún cuando ésta padece discapacidades, como ha sucedido recientemente. No pocas veces se le cuestiona a Posse y García el “olvido” sobre ciertas localidades. “Es cierto -dice Arcuri-, en Vicente López parece más interesante atender los grandes negociados inmobiliarios antes que ver cómo mejoramos zonas como Munro y Villa Martelli”. Y deja en claro su rechazo a las torres en zonas residenciales costeras. Un panorama similar tiene San Isidro.“Para Posse, Boulogne existe desde que el gobierno de Néstor Kirchner y Solá se decidieron a invertir para las obras del túnel y de cloacas”, señala Galmarini. El dirigente, actual presidente del PJ local, cree que de algún modo San Isidro carece de un plan integrador. “Un vecino de Villa Adelina o Boulogne parece un ciudadano de segunda frente a otros, y esto no es casualidad, añade Galmarini, para agregar que “nosotros proponemos un plan integrador que respete la calidad de vida de todos los vecinos”. Exhibe su rechazo a la construcción de un shopping en el predio de la ex OSN y brega por la recuperación del viejo hospital municipal.En tren de reconocer logros sobre las actuales administraciones, Arcuri no sin poca picardía dice: al intendente no le conozco muchos logros pero sí esa Fundación Empresaria que hizo más obras que García; ahora sí, habrá que preguntarles de dónde sacaron la plata. Por su parte, Sebastián Galmarini rescata como “un gran logro la política comunicacional; disfraza los grandes fracasos como éxitos rotundos, claro que para esto invierte millones de pesos en los medios”. Preguntados si para mejorar la calidad de los servicios es necesario el aumento de las tasas (ABL), el sanisidrense reitera que “mientras Posse nos aumentó el 40% las tasas, nosotros decimos que podemos y debemos mejorar los servicios a partir de una reingeniería administrativa”. A su turno, el vicentelopense se juega por un reordenamiento de las partidas presupuestarias. A tal efecto propone una mejora laboral que significa en primer término, echar a los cientos de ñoquis y parásitos, que rodean al intendente y que cada inversión sea consensuada con la comunidad (presupuesto participativo), para que de este modo todos sepan en qué vamos a invertir y por qué”. Y sugiere un blanqueo del personal médico contratado. Arcuri, que preside un Centro de Jubilados y tiene un importante respeto ganado entre sus pares, y por tal motivo “es perseguido por el oficialismo”, muestra una afección cercana a la devoción por el tango. Sin embargo, Galmarini, sin descartar el 2 x 4, se inclina más por la música actual. Arcuri es un apasionado lector de historia y poesía, mientras que Galmarini, tal vez influenciado por su mujer (psicóloga ella) no deja de recurrir a libros de psicología e historia.Arcuri trabajó desde muy joven en “la histórica Entel” (hoy Telecom), como la define. Desde que se jubiló y fiel a sus convicciones de militante político y social, armó un Centro de Jubilados. También tuvo su propio programa de radio, todas cuestiones que lo llevaron a enfrentarse con el jefe comunal. Está casado con Nelly, que lo acompaña por todos lados: “es la compañera de toda la vida, la que siempre soñé”, dice con sumo orgullo y al mejor estilo tanguero.Recibido de licenciado en ciencias políticas, Galmarini apenas salido del Nacional San Isidro, comenzó a ganarse los primeros pesos como mozo en las playas de Uruguay. Conoció a su mujer cuando ambos eran adolescentes y compartían el mismo club de barrio, el Don Bosco.Dos generaciones que por caminos y con luchas bifurcadas por la propia acción del tiempo, hoy se encuentran amalgamadas con los mismos objetivos: modificar una realidad local que merece ser cambiada. No se tragan SaposMuchas veces los políticos suelen decir que para avanzar hay que comerse algunos sapos. Algo así como renunciar a las convicciones. Tanto en San Isidro como en Vicente López, a partir de la alianza entablada entre peronistas y radicales K, pareciera que no pocos dirigentes debieron comerse muchos sapos. “No, de ningún modo hay que comerse sapos, eso sería como renunciar a los principios y las convicciones, aceptar que hay que pactar con el diablo para avanzar”, expresa enfáticamente Arcuri. A su turno, Galmarini dice: No, uno no tiene que comerse sapos, en última instancia habrá que exhibir ante los vecinos las distintas alternativas y serán ellos los que elijan. Yo en San Isidro decidí, junto a nuestra gente, no comernos ningún sapo”.
Este chico lamentablemente no hace honor a su apellido.

No hay comentarios: